Sporting Cristal perdió el paso cuando menos debía y se complica para llegar a una final directa.
En una tarde en donde respondió la hinchada de buena manera, el equipo sufrió lo que ya habíamos avisado en esta página. La inseguridad defensiva, nuestro mal endémico, fue lo que terminó cortando la racha de 25 partidos invicto.
La era Mosquera tiene como grave problema el no saber retroceder rápido, achicar e incomodar al rival al momento de la pérdida de la pelota, al momento de la fase defensiva. El primer gol de Atlético Grau llegó en la primera jugada de peligro de ellos. No obstante, los delanteros rivales inquietaron en varias ocasiones nuestro sistema defensivo, llegando a rematar a portería y generando sensación de gol.
Por el lado ofensivo tampoco fue la tarde esperada. Y es que no todos los partidos se pueden voltear ni anotar tantos goles. Ávila fue de lo peor. Aun así, la suerte tampoco estuvo de nuestro lado puesto que tres tiros se mandaron al poste, se falló un penal y también el rebote (de Escobar, gol que convirtió Sosa).
Tras el 1-0 y, sobre todo el 2-0, al parecer, el equipo sintió la presión de todo: los 25 invictos, el estadio lleno que esperaba voltearlo como ante Boys, y Alianza y Melgar cerca en la tabla. Eso nos costó la precisión, llenó de ansiedad a los once en el campo y nos dejó jugadísimos en defensa. No dejemos de lado el cansancio tampoco. Tarde nefasta.
Lo que depende de nosotros ahora es asegurar, por lo menos, una semifinal. En Sullana y ante Mannucci nos jugamos nuestras finales nacionales, no después.
¡Fuerza Cristal!
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