Sporting Cristal logró vencer 4-2 a ADT de Tarma este jueves en un partido complicado, que felizmente se pudo sacar adelante. Los celestes abrieron el marcador antes del minuto, gracias a una gran acción de Sosa desde el sector derecho, que terminó Hohberg en el lado izquierdo, con todo el olfato goleador. Ya se había hecho lo más difícil, es decir, abrir el marcador. Quizá más de uno pensó en la goleada.
Contrario a los deseos y expectativas de muchos hinchas (que lo veían desde sus casas) el conjunto tarmeño logró equiparar las acciones y poner en peligro el arco de Cristal. Vale decir que nuestro equipo también tuvo algunas ocasiones clarísimas de gol, que volvieron a fallarse para no perder la costumbre.
Al inicio del segundo tiempo llegó lo que todos temíamos. ADT encontró el empate con un buen desborde por el lado de Jhilmar Lora. Es probable que Alianza celebrara, al igual que todos los que quieren ver caer al club. Felizmente, el conjunto celeste logró rápidamente poner el 2-1 gracias, en gran medida, a la visión de Martín Távara al mandar un tiro libre a rastrón, en vez de lanzar el balón por el aire. Hohberg volvió a celebrar. Dos goles para la confianza. Bien.
Ahí nomás, un tiro de esquina encontró la cabeza de Lutiger (quien no tuvo gran partido defensivo) y nos dio el 3-1. Otra vez, parecía lapidario. Pero con el equipo de Roberto Mosquera no se sabe. O quiza, se sabe que siempre está en peligro el resultado. Porque, otra vez, volvió a convertir ADT. Y volvió el sufrimiento.
Los cambios indicaban que ingresaba Loyola por Lora y Castillo por Buonanotte (otro de nivel bajo). Y, dentro de todo, Mosquera también decidió replantear el sistema. Madrid se convirtió en líbero para jugar con 3 centrales. Y ADT se tuvo fe, en el Gallardo, de que podía empatarlo. Claro, ya había marcado dos goles y solo necesitaba uno. Providencialmente, falló Deza.
Jean Deza perdió un balón cuando ADT estaba jugado al ataque y Cristal se fue al contraataque, comandado por Jesús Castillo. El volante tuvo una impecable sensatez en una crucial jugada y se la dio a Sosa. El 8 remató después de ser derribado en el área (era penal), lo cual fue tapado por el arquero tarmeño. Jesús Castillo llegó al área y culminó la jugada que él había iniciado. Se lo dedicó a su madre. Su alegría fue la nuestra.
Ya no quedaba mucho tiempo y esta vez la visita ya había perdido la fe. Ganamos 4-2. Sufriendo. Y seguimos punteros, pero no cómodos. Este campeonato parece destinado a ser como un partido de Cristal: partimos con ventaja, pero nunca estaremos seguros de que lo ganamos hasta que llegue el final.
Foto de la nota: Club Sporting Cristal.
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